sábado, 27 de junio de 2009

El/la perspectiva/o de género/a

Recupero la entrada de una de mis fenecidas bitácoras. Escrita hace algo más de un año, el tema de la perspectiva de género en los textos de políticos, asociaciones y personas vinculadas a la educación sigue levantándome ampollas, y es que considero que es más sexista la actitud del hablante que el propio uso del lenguaje. Precisamente escribí el texto en un arranque de indignación, al recibir un correo electrónico de una asociación que, precisamente por estar escrito desde esta perspectiva de género, se volvía prácticamente ilegible.

Os dejo con el texto, y parto para mi tierra, junto a la ciudad de la Alhambra. No tendré acceso a Internet hasta mañana por la noche. A mi regreso leeré con interés vuestros comentarios y opiniones sobre el tema. Dejo abiertas las puertas del blog, cuidádmelo. ¡Pasad un buen fin de semana!

Recientemente recibí un correo electrónico que venía encabezado del siguiente modo:

Estimadas/os amigas/os…

Hacía gala, como tantos escritos hoy día, de la llamada perspectiva de género. No sé a ustedes, pero para mí la idea que transmite dicho escrito está bien clara: dejar patente que existen DOS sexos, y que hay que distinguirlos pese a quien pese. Y es que, además de convertirse en textos ilegibles o, cuando menos, engorrosos, hacen un flaco favor en pos de la igualdad de sexos, aunque sea en lo tocante a derechos y obligaciones.

Porque si bien es cierto que el lenguaje puede tener matices sexistas, y la propia evolución del lenguaje en una cultura es permeable a estas inclinaciones, ya sean machistas o feministas, no es menos verdad que, en la mayor parte de los casos, la ciudadanía no es consciente de dicho sexismo en el lenguaje. Argüirán aquellos que se erijan como poseedores de la única verdad, que no percibimos matices sexistas de tan acostumbrados que estamos a comunicarnos de este modo, y posiblemente tengan parte de razón en ello. Pero deberíamos sentarnos a razonar si no será peor el remedio que la enfermedad. Por lo pronto, a “aquellos y aquellas” que opten por usar la perspectiva de género en sus escritos, ya sea duplicando el género de sus oyentes, intercambiando vocales o insertando novedosos y tecnológicos símbolos como la arroba (@), deberían plantearse si no están incurriendo en el mismo defecto que pretenden erradicar. Porque, puestos a ser política y genéricamente correctos, ¿deberíamos dirigirnos a nuestros oyentes según su sexo o su sexualidad? Así, tendríamos mujeres heterosexuales, hombres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres homosexuales, mujeres bisexuales, hombres bisexuales, transexuales (y alguna otra combinación que ignoro, o prefiero ignorar, que para el caso es lo mismo). De otra forma, señoras y señores, estaríamos obviando a parte de nuestra sociedad, sumiéndolos en el más horrible de los vacíos. Y podríamos escribir, dirigiéndonos a todos/as/es/@s/xs/ys los/as/es/@s/xs/ys ciudadanos/as/es/@s/xs/ys que, ¡albricias! recibirían nuestro texto con todo tipo de parabienes, aunque no hubiese ser humano/a/e/@/x/y en el mundo capaz de sacar la más leve pizca de información de ahí… o de no morir en el intento.

El idioma, señoras /es/os/@s/xs/ys, es el que es porque siglos de evolución le han hecho así. En estos tiempos de prisas, en los que lo queremos todo para anteayer, corremos el riesgo de dañar, destruir y hacer desaparecer uno de nuestros legados culturales más importantes: la lengua. Y todo ello en aras de ser más buenos y correctos. Aunque dejemos el alma por el camino, primando las formas sobre el fondo.

17 comentarios:

Elwen dijo...

Por madrugar me ha tocado se la primera en decirte chapó. Estoy totalmente de acuerdo con tu "arranque de indignación". El lenguaje es algo que va evolucionando solo y no por imposición. Una cosa es exigir unas reglas gramaticales y ortográficas, y otra muy distinta pretender quedar bien con todo el mundo.

Pienso que deberían preocuparse por enseñar a la gente a escribir bien y no tipo sms. Cuando eso se consiga, podríamos empezar a hablar de la perspectiva de género.

Y no te preocupes, cuidaremos bien de tu blog en tu ausencia ;)

El Guisante Verde Project dijo...

Buen finde!, que envidia que vayas a las tierras de La Alhambra..., en fin nosotros tenemos invitados que escapan del calor madrileño. Los llevaremos a la playa :-D
En cuanto a la entrada, decir que te quejas y te indignas al recibir ese correo. Por desgracia para mí, trabajo con políticos, preocupados todo el día por ser "políticamente correctos" (signifique lo que signifique esa expresión, que nunca me ha quedado claro), y te aseguro que cuando tengo en mis manos lo que dicen, me dan ganas de tirarlo a la papelera directamente.
Es el absurdo en su máxima expresión; especialmente interesados en este pseudolenguaje estan aquellos políticos relacionados con áreas de actuación tales como: mujer, asuntos sociales, juventud, etc.
Opino como tú, esta es la mejor manera de dejar claro que existen dos sexos. La igualdad avanza con hechos, no con arrobas. Que paguen los mismos sueldos a todo el mundo por el mismo trabajo y se dejen de tanto o/a...
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo, el lenguaje es como es, y no vale la pena complicarlo, eso de : niñas y niños, que les ha dado en Cuba por decir siempre y otro montón más de Os y As dan asco, al final, lo único que hacen es separar por sexos, como bien dices, yo siempre me sentí incluída cuando era niña y los maestros decían: pórtense bien, niños,jiji, pensándolo bien, debería haber protestado en ese momento o debería haber seguido portándome mal...pero no me alcanzaba tanta complicación el alma. Cuidaremos de tu post, no te preocupes.

Oscura Luz dijo...

Como dice un comercial "la discriminacion empieza por el lenguaje" y como dice Joaquín Sabina:
"por las autopistas de la libertad nadie se atreve a conducir sin cadenas".

Una de las pocas cosas positivas de la época que vivimos es que hemos llegado a un nivel razonable de tolerancia y en algunos casos tenemos mas libertad de la que estamos dispuestos a tomar.

Aunque los ejemplos no sean buenos, desde su adolescencia Michael Jackson se manifestó inconforme con su propia negritud, a pesar de que sus millones de fans lo hubieran seguido aunque hubiera sido extraterrestre.

Saludos.

Ascen dijo...

Siempre me ha parecido una barbaridad poner estas "cosas" para dirigirnos a ambos sexos (como suele ser lo habitual). Nos guste o no, en nuestro idioma el género másculino plural, engloba ambos géneros y sólo el femenino plural deja fuera al "otro género".

Mientras no tengamos una forma de expresarnos diferente pero aceptada y recogida por la Academia de la Lengua, tenemos que ceñirnos a las reglas existentes, nos gusten o no nos gusten, nos parezcan apropiadas o no.

Yo, que me considero feminista en su justa medida, es decir que defiendo la igualdad de derechos entre hombre y mujer en todos los sentidos, nunca me he sentido ofendida por esto.

Y creo que el que se ofenda y pretenda buscar sus propias alternativas, lo que está haciendo es destrozar el lenguaje. O al menos utilizándolo mal.

Besos.

RMars dijo...

A veces creo que el problema es que hoy en día la gente está tan preocupada por conseguir la igualdad en todo que todo se lleva al extremo. Yo me considero feminista, siempre he defendido la igualdad, pero nunca me he tirado de los pelos, histérica, por este tema, principalmente porque me parece una tontería. El lenguaje es así, y puede que sí, que sea a veces se le pueda otorgar un cierto machismo al asunto, pero al fin y al cabo, no es ése el mayor problema que tenemos. La igualdad se demuestra con los hechos, no con el lenguaje. Si no hay hechos, ¿qué más da que usemos mil /as detrás de cada palabra?

Que tengas un buen viaje :)

Homo libris dijo...

Elwen, me alegra saber vuestra opinión al respecto, y comprobar que es favorable a dejar que el lenguaje evolucione a su ritmo, y que no termine pervertido ni contaminado por forzar determinados usos para, como bien dices, intentar ser “amigos/as de todos/as…”.

En cuanto al blog, por supuesto, sé que lo dejaba en buenas manos, aunque aquí estoy de nuevo.

El Guisante Verde Project, yo me escapo de la masificación playera del fin de semana, aunque a ver si aprovecho algún día entre semana para visitarla. ¡Espero que hayáis disfrutado enormemente con la visita madrileña).

Lo grave del uso político del lenguaje (lo de “políticamente correcto” es un eufemismo que significa, probablemente, algo del tipo “queda bien y no mires con quién”, parafraseando el conocido refrán) es precisamente lo que comentas, que en el caso de la perspectiva de género viene de la mano de las áreas de mujer, juventud, asuntos sociales, donde suele llevarse a cabo una defensa acérrima, casi diría que fanática y sectaria, del lenguaje. Y es precisamente esto, junto al aparente pasotismo respecto a cómo se habla y escribe, tipo SMS como nos dice Elwen, y sin la más mínima corrección ortográfica (Azote, este fin de semana, casi empieza a fibrilar en Granada leyendo algunas revistas independientes que se autoproclaman “culturales”), lo que me indigna soberanamente.

Ciertamente, la igualdad no se alcanza con arrobas, ni con el arrobo de estos maltratadores de la Lengua.

Homo libris dijo...

Estodevivir, me ha encantado tu comentario. ¡La verdad es que no debiste portarte bien, y aprovechar esta “moda” que tanto mal está haciendo a los escritos administrativos, y a los que no lo son.

En fin, cuando uno es niño, creo que en estas cosas es en lo que menos se piensa. Eso sí, parece que la perspectiva de género adquiere carácter de pandemia, si nos comentas que en Cuba también está produciéndose la plaga de –os/-as.

Oscura Luz, a veces no aceptamos las cosas como son, incluso el propio lenguaje. Querer buscar diferencias donde no las hay deriva, en ocasiones, en lo enfermizo. Es incongruente que Jackson escribiese algunas de las letras más opuestas a la discriminación por el color de la piel, y aun así buscase a toda costa el blanco en la suya. Él tenía la excusa de una infancia difícil, por no llamarla nula, y posiblemente un durísimo conflicto interno. Los que destruyen el lenguaje no creo que tengan razones de peso como estas.

¡Saludos!

Homo libris dijo...

Ascen y Raquel, coincido plenamente con vosotras. Creo que se puede buscar la igualdad en el lenguaje, si no existe ya (precisamente por la lenta evolución que ha tenido a lo largo del tiempo es así, pero no debemos cambiarlo apresuradamente y de forma ficticia). No creo yo que un águila macho se enfade cuando en el plural vemos a “las águilas” volando, ni una hembra se vea excluida si la señalamos diciéndole a nuestro amigo: “mira el águila”.

El cambio se consigue luchando por él, eso está claro, pero creo que hay frentes de batalla abiertos mucho más importantes que el uso del lenguaje.

Gracias por los buenos deseos respecto al viaje, Raquel. Desgraciadamente el fin de semana pasa demasiado rápido :) .

Anónimo dijo...

Ya sé que regresaste, pero qué remedio, siempre me toca de última...
Me uno al comentario de estodevivir, aquí una escritora decía que si seguíamos así un día íbamos a decir:
"Los niños y las niñas vamos al zoológico a ver los monos y las monas"
¡Dí tú! Con lo feliz que me sentía yo en mi infancia cuando me enseñaron que José Martí decía: "para los niños trabajamos porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo"
¡Siempre me sentí incluida en esos "niños"! ni por la mente me pasó que no estuvieran hablando conmigo y ya ves... como cambian los tiempos. Ojalá que no dure mucho esta...¿moda?
AD.

Isi dijo...

Hola!!

Bueno, creo que está casi todo dicho... El lenguaje no cambia la idea de la igualdad que tienen las personas, porque nosotros tenemos asumida esa igualdad sin necesidad de remarcarla. Precisamente esa manía de remarcarla parece que causa el efecto contrario, que nos dice "no hay igualdad, por eso os lo repetimos constantemente".

Pero bueno, tampoco creo que TODO el mundo opine como nosotros, en mi barrio a veces se oyen burradas sexistas de los burros que hay por aquí, pero por ejemplo nunca lo oiría de profesores de la facultad... En fin, que supongo que lo remarcan para los burros, para que se vayan haciendo a la idea, porque a nosotros todas estas os/as nos sobran.

Carmina dijo...

Pues no estuve el finde asi que evidentemente llego de las ultimas porque puede ser que haya quien lo tenga peor que yo, pero de todas maneras supongo que llevar al extremo de cambiar a golpes la lengua en aras de la igualdad es un forma mas de no llegar a ella, si tanto autobombo se le da es porque estamos muy lejos de ella, supongo que la lengua poco a poco evolucionara y habra cosas que seguiran iguales, pero las formulas que utiliza la administracion es mas que risible y como tu dices complica bastante la lectura, ya de por si dificil, porque el lenguaje administrativo es bastante enrevesado. Un diez por tu indignacion y por tan magistral texto

Homo libris dijo...

Isi, en efecto, el lenguaje no cambia esa idea de igualdad, es más, creo que la perjudica desde el punto y hora en que marca las diferencias. Posiblemente, tal y como dices, se busque concienciar a los que están menos predispuestos a hacer de la igualdad su bandera, pero de ser así mucho me temo que igualmente es un mal camino. Si no saben ver las diferencias que nos hacen únicos, y la igualdad que debe primar en cualquier relación, difícilmente los imagino apreciando los matices del lenguaje, sean sexistas o no, o la carga de as/os de lo políticamente correcto.

Carmina, como se suele decir, los últimos serán los primeros. En mi caso, también estoy llegando últimamente de los últimos a los comentarios de los blogs, cuando prácticamente todo está dicho, pero bueno, siempre nos queda así la oportunidad de unificar todo y dar un hálito de novedad a nuestro comentario sintetizando lo de los demás, y aportando algún camino que aún no se haya explorado. En cualquier caso, coincido contigo en la apreciación de que si tanto bombo se le da al tema, es que estamos muy lejos de lograr que esa igualdad se haga efectiva. Ni la perspectiva de género en el lenguaje, ni políticas de igualdad y equiparación en el puesto de trabajo servirán de mucho.

De poco sirve, por ejemplo, que ante 10 puestos de empleo, se tengan que dar 5 a hombres y 5 a mujeres. Deberían otorgarse a las personas más válidas para ese puesto, ya sean 8 hombres y 2 mujeres, o 9 mujeres y 1 hombre. Ahora bien, el otro día oía hablar del periodo de maternidad/paternidad en España y otros países europeos, y me pareció muy acertado afirmar que deberían equipararse ambos tiempos. Es decir, que el hombre disfrute por igual del pequeño (siempre teniendo en cuenta que debe existir un mínimo para la mujer, que debe recuperarse del parto), pero que al ser igual el tiempo, el empresario sexista no valoraría de forma negativa el que si contrata a una mujer puede quedarse embarazada y tendrá que estar de baja más tiempo que si es el hombre el que tiene un hijo.

En fin, que me salgo por la tangente. Muchas gracias por vuestros enriquecedores comentarios.

Saludos

lammermoor dijo...

LLego tardísimo a contestar pero llego. Estoy de acuerdo contigo; lo del lenguaje no sexista se está convirtiendo en la mayor sandéz. Respecto a lo de las cuotas -tema sobre el que he discutido mucho con mi hermana- también las veo negativas.
Siempre pongo el ejemplo de las ministras. Si no hubiera cuota, solo pensaría que son tontas (por decirlo con finura); "gracias" al porcentaje 40-60, pienso que me perdí un ministro más inteligente (Aunque cada día estoy más convencida de que política y políticos son antónimos de inteligencia y ética)
Por último, sobre esto hablé en esta entrada

(Por fin aprendí a hacer enlaces dentro de los comentarios)

Homo libris dijo...

Buenas Lammermoor, nunca es tarde si la dicha es buena 

Hay veces que por intentar no caer en un agujero, se dan tantos rodeos que el sentido original pierde su razón de ser, y nos vemos abocados al uso de una lengua, o de unas costumbres, que perjudican más de lo que benefician.

En cuanto a la opinión sobre los políticos, soy completamente de tu parecer. Mal que les pese a algunos, y aunque una minoría de buenos políticos sea salvable, en general la condición parece ir acompañada del mangoneo, la mentira y la falta de respeto hacia el electorado. Los políticos están para servir al pueblo, pero ellos sólo se quedan con el “gobernar” y, de ahí a llenarse los bolsillos y quedarse para salir en la foto, va un paso. Y luego se quejan del desencanto de la ciudadanía (para ellos, “ciudadanos y ciudadanas”) con su gestión… Pero bueno, ese es otro tema en el que (de momento) no vamos a entrar.

¡Saludos, y gracias por comentar!

P.S.: Ya pasé a ver tu entrada. No la había visto previamente durante mi caleyar por tu blog, pero me ha encantado.

lenm dijo...

Hola, entré de casualidad en tu blog... o quizas las cosas no son tan casuales y leyendo la opinion de todos, recordé algunos episodios de mi vida. En mi caso nunca me sentí excluida cuando estando en un grupo heterogeneo, se refirieran a "nosotros" como "los chicos"... lo curioso es que cuando habia un hombre en un grupo de chicas, si alguien entraba y decia ey chicas! Tenia que decir: y vos Juancito. Imagino que esto les debe haber sucedido y sino seguro escucharon a un hombre quejarse por incluirlo en el "chicas" como si con eso renegaran de su sexualidad

Homo libris dijo...

Bienvenida al blog, Lenm, espero que te guste.

En efecto, tienes toda la razón. En el caso del plural femenino, que no engloba a los miembros masculinos de una reunión, habría que hacer referencia a esos chicos para que no se sintieran excluidos. Al revés no y, sin embargo, insisten en incluir ambas palabras, para cada género, remarcando así (creo yo) la diferencia entre sexos. ¿Es eso realmente integrador?

Un saludo.